En todo niño vive el potencial divino. Y tu tarea como tutor es ver a Dios cada vez que le mires.
Después de más de 15 años en la educación, he aprendido que muchos de los desafíos que enfrentan los niños no se deben a sus capacidades, sino a creencias limitantes que han adoptado. Estas creencias crean bloqueos que les impiden ver lo maravillosos y capaces que realmente son.
Te invito a pensar por un momento en tu propia infancia. ¿Te acuerdas cuando eras niño y las matemáticas parecían un enigma incomprensible? Hoy, quizás como madre, padre, abuela, ves a tu hijo o nieto enfrentarse al mismo problema. ¿Qué ves en su mirada? ¿Ves frustración, inseguridad o dudas sobre su capacidad para aprender? ¿Te has preguntado si tu niño realmente comprende cómo aprende mejor? ¿O simplemente está nublado por creencias que ha incorporado a lo largo de su etapa académica?
Reconoce las creencias de tu hijo: Identifica si tu hijo cree que es "malo" en matemáticas o que no puede aprender al ritmo de los demás. Estas creencias no siempre se verbalizan, pero se manifiestan en su actitud hacia el estudio. Observa cómo reacciona ante los problemas matemáticos: ¿se frustra o evita intentarlo?
Refuerza la individualidad y el ritmo personal: Recuérdale a tu hijo que es único y maravilloso. No debe preocuparse por la velocidad de los demás; cada persona tiene su propio ritmo. Lo importante es la confianza en sí mismo y la comprensión profunda.
Observa el día a día de tu hijo: Observa cómo aprende, qué preguntas se hace y qué emociones surgen. Identifica patrones de resistencia o bloqueo y guíalo para reconocer y resignificar esas emociones.
Crea un ambiente de apoyo y confianza: Si tú confías en las capacidades de tu hijo, él también comenzará a confiar. Conversen sobre sus dificultades y lo que disfruta aprender. Estas conversaciones le ayudarán a expresar sus frustraciones y superar barreras.
Transforma creencias limitantes en creencias potenciadoras: Recuérdale que todos podemos aprender con tiempo y esfuerzo. Cambia el "no soy bueno en matemáticas" por "puedo aprenderlo con práctica". Estos cambios en su mentalidad crearán un impacto significativo.
En resumen, observa, acompaña y refuerza la confianza de tu hijo. Cada niño tiene su propio proceso, y tú puedes ser el faro que lo guíe a descubrir su verdadero potencial. Con tu apoyo, no solo mejorará académicamente, sino también como persona.
Envíale un mesaje a Valeria a: valeria.saezg@gmail.com
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